Para poder disfrutar del agua de la piscina en perfectas condiciones es imprescindible tratarla correctamente. Además de tratarla, es importante saber analizarla bien, ya que un análisis adecuado de los parámetros clave permitirá ajustar el tratamiento a las necesidades reales que tiene el agua de tu piscina.
El agua de la piscina es muy susceptible a los cambios: los días de lluvia, por ejemplo, entra agua en la piscina con gran concentración de partículas en suspensión en el aire. En cambio, en los días de fuerte calor el agua se evapora con mayor rapidez. Ambas circunstancias hacen que inevitablemente cambie la proporción de agua tratada y de agua nueva de reposición. Por eso, al rellenar la piscina debes analizar siempre el agua.